Para iniciar un proceso de arbitraje después de surgir una disputa, es necesario contar con un acuerdo de arbitraje previo. Estos acuerdos suelen estar incluidos en los contratos que regulan las relaciones entre las partes. Sin embargo, también hay casos en los que el acuerdo de arbitraje es un documento separado del contrato principal o incluso se celebra después de que surge la disputa, ya sea de una relación contractual o no contractual.
En este contexto, la claridad del acuerdo de arbitraje es crucial una vez que surge la disputa. Si hay alguna ambigüedad en el acuerdo, puede generar conflictos adicionales antes de que se aborde la disputa real, especialmente si la cláusula de arbitraje no es clara y puede interpretarse de varias maneras.
Las cláusulas de arbitraje defectuosas son aquellas que no son lo suficientemente claras para evitar interpretaciones diferentes sobre su texto y alcance. Se les conoce como «cláusulas de arbitraje patológicas» y son el tema principal de esta publicación. Es importante destacar que nos referimos a «Cláusulas de arbitraje patológicas» y no «Acuerdos de arbitraje patológicos», ya que muchas de estas cláusulas involucran elementos tanto de jurisdicción arbitral como judicial. Esto configura una cláusula de arbitraje patológica, que incluso podría no considerarse estrictamente como un acuerdo de arbitraje si la jurisdicción judicial prevalece sobre la arbitral.
En resumen, el tema es complejo y la casuística es variada, pero nos adherimos a la tradición al usar la denominación más común, «cláusulas de arbitraje patológicas».