Bedoya Berckemeyer

Entrevistando potenciales árbitros: la necesidad de un estándar transparente y minucioso

El arbitraje se caracteriza por la autonomía de las partes, incluyendo la elección de los árbitros que resolverán su disputa. Esta facultad permite a las partes seleccionar profesionales con experiencia y conocimiento específico en el tema de la controversia, agilizando el proceso y generando confianza en la imparcialidad de los árbitros designados. Sin embargo, la designación de árbitros por las partes también presenta riesgos. Existe el temor de que los árbitros favorezcan a la parte que los nombró, lo que puede generar desconfianza en la otra parte. Además, la falta de transparencia en el proceso de selección y casos excepcionales de corrupción han empañado la práctica en algunos casos.

Para garantizar la imparcialidad e independencia de los árbitros, se pueden implementar diversas medidas. Es fundamental establecer lineamientos claros que definan criterios de elegibilidad, requisitos de transparencia y mecanismos para evitar la parcialidad. La participación de instituciones arbitrales también puede contribuir a este objetivo, al igual que la capacitación continua de los árbitros en su rol y responsabilidades.

Encontrar un equilibrio entre la autonomía de las partes y la necesidad de imparcialidad es crucial para el éxito del arbitraje. La colaboración entre las partes, los árbitros y las instituciones arbitrales, junto con la implementación de medidas que garanticen la transparencia y la justicia en el proceso, son fundamentales para fortalecer la confianza en este método de resolución de controversias.

¿Por qué discutir esto? Principalmente, para resaltar la importancia de establecer un método claro y definido para entrevistar y seleccionar a un árbitro potencial. ¿Cuáles serían los beneficios de seguir este enfoque? Proporcionar transparencia a todo el proceso arbitral. Al definir mejor las pautas para seleccionar árbitros, se reducirá considerablemente el número de objeciones hacia los árbitros elegidos por las partes y las decisiones arbitrales, al eliminar la incertidumbre sobre la imparcialidad del árbitro. Además, esta medida contribuirá a disminuir la incidencia de corrupción dentro del tribunal arbitral.